lunes, 11 de julio de 2011

La imaginación sin fin





La salida al Lago de Arareko, estuvo llena de imaginación y juego. Un tronco caído se convirtió en un barco, madera seca en unos cuernos, hojas de pino en casas y piedras en islas. Escuchamos el canto de los pájaros y observamos a los caballos y patos en el agua. Después de un rico refrigerio, leí unas cartas escritas por los papás a los niños, hubo risas y lágrimas.



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